Jesús nos dejó una misión clara: “Vayan por todo el mundo y compartan el evangelio.” Hoy, ese “todo el mundo” también incluye redes sociales, correos, transmisiones en vivo y páginas web. En la Iglesia Jesús Mi Buen Pastor, queremos sumarnos a esa misión desde donde mucha gente pasa su tiempo.

Las redes son el nuevo barrio. Ahí la gente conversa, comparte, busca respuestas... y también puede encontrar a Jesús. No se trata de estar en línea por moda, sino por propósito. La tecnología no es rival de la fe—al contrario, bien usada puede abrir caminos para la restauración.

La Biblia ya nos da ejemplos: Pablo escribía cartas que viajaban kilómetros, Jesús contaba historias que tocan el alma. Hoy podemos grabar podcasts, subir reels y enviar mensajes por WhatsApp. La misión sigue siendo la misma, solo cambiaron las herramientas.

Desde la Iglesia usamos lo digital para acercarnos: nuestra página web cuenta quiénes somos y qué creemos; WhatsApp y el correo nos mantienen cerca de quienes quizá se han alejado o recién están conociendo a Jesús; y en YouTube, próximamente, llevaremos cultos, alabanzas y prédicas a quienes no pueden asistir en persona.

Todo esto se conecta con nuestro proyecto Cada Alma Restaurada. Porque más allá del contenido, lo que nos mueve es ver vidas transformadas. No nos obsesionamos con los likes ni con los algoritmos. Lo que queremos es que cada publicación tenga sentido, que refleje a Jesús y que, de alguna forma, toque el corazón de alguien.

También nos preguntamos: ¿qué más podríamos hacer? ¿Hay plataformas que aún no exploramos? ¿Y si los jóvenes nos ayudan a crear algo fresco y auténtico?

Cada perfil en redes puede ser una herramienta poderosa para llevar el evangelio con creatividad y amor.